Tradiciones del campo bravo


El herradero

        Es una de las faenas con más solera y tradición del campo bravo. El herrado es la labor mediante la que se procede a marcar al animal, en su costado derecho, con diferentes señas para diferenciarlo de entre sus hermanos y para la identificación por parte del Ganadero y el Mayoral.  

           Las marcas que se realizan en el herradero son: El Hierro de la Ganadería,  situado en la parte plana de la nalga, denominada llana, que individualizan cada Ganadería; el Número o Costillar, ubicado a lo largo de la zona de las costillas, marcando con un máximo de tres dígitos; El Guarismo, es el número que identifica el año de nacimiento del animal, se marca con un solo dígito, y corresponde al último número del año dentro de la decena, por ejemplo el guarismo número 3, correspondería al nacimiento en el 2013, esta seña se hace en la pata delantera; por último queda colocar el Colectivo Ganadero al que pertenece la Ganadería. Todas las Ganaderías de Reses de Lidia tienen que formar parte de una de las Agrupaciones existentes para poder lidiar de acuerdo con la legalidad. Estas Agrupaciones son Unión de Criadores de Toros de Lidia (U.C.T.L.), cuya marca es una U, Asociación de Ganaderías de Lidia, siendo su seña una A, y la Agrupación Española de Ganaderos de Reses Bravas (A.E.G.R.B.), a la cual pertenecemos y que se hierra con una E.  

         En la misma faena se procede a señalar en las orejas a las reses, que en nuestro caso es: muesca en la derecha y despuntada en la izquierda. Hierro y señal individualizan cada Ganadería.

         El hierro y la señal en la oreja son marcas acostumbradas en las ganaderías desde muchos años antes de que se conformaran las específicas de ganado bravo. La numeración de los animales data, sin embargo, de mediados del siglo XIX, cuando se formaron las ganaderías de bravo consideradas fundacionales. El reconocimiento y distinción de cada uno de los animales es imprescindible no sólo para el destino propio de cada uno de ellos, sino también para las labores de selección necesarias en cada camada.  

         La operación se desarrolla, por lo general, en los corrales y cerrados del Cortijo. En uno de ellos esperan los becerros de un año de edad, y pasan de uno en uno a un cajón multiusos donde el becerro queda sujeto, limitando así los movimientos que pudiesen derivar en lesiones y malas marcas. En muchas ganaderías en la actualidad, aún siguen herrando a la vieja usanza, sujetando al animal contra el suelo por cuatro o cinco hombres.
 

El tentadero

El tentadero de machos

          Se dividía en sus orígenes en dos modalidades: a campo abierto (o acoso y derribo) y el tentadero de corrales. En ambos se buscaba el mismo fin: comprobar si el toro acometía. En el caso de que fuera así, se le apartaba y clasificaba como toro apto para la lidia. Aquel que no acometía, con normalidad, era castrado y pasaba a formar parte de la piara de bueyes para labores campestres o, simplemente, se vendía para aprovechar las carnes.

        Partiendo de esa base, el origen de los tentaderos va desarrollándose, poco a poco, en consonancia con que se fue desarrollando el concepto de bravura. Las modalidades del tentadero de machos no se perdieron, aunque el toro fuera evolucionando hacia ésa quimera, por aquel entonces, de bravura selecta.



Tentadero a campo abierto 

         También llamado de acoso y derribo se realiza con machos de dos años y debe seguir una serie de pasos concretos:

  • ACOSARLO. Significa correr detrás de él hasta que su carrera disminuya y que ésta sea más uniforme. Llegado ése momento se dice que el toro está acosado pasándose al derribo. Esta faena la realizan entre dos caballistas. El que galopa por el corredero tras el eral, a su derecha, es el que drriba a la res (el garrochista). Al que acosa por el lado izquierdo se le denomina amparador. Esta fase dura hasta que el eral, como dice el argot, "está hecho", es decir, cuando ha adquirido un galope atemperado y y ritmico.
  • El DERRIBO acontece en el mismo instante en que el garrochista se abre un poco hacia la derecha de la res. A continuación, el jinete apunta su garrocha hacia la penca del rabo y al estar girada ligeramente la res con respecto a su trayectoria, facilita la "palanca" del garrochista a fin de que el eral caiga al suelo. Si la res está bien hecha la caída dibuja una vuelta de campana sobre su lomo. La media de "echadas" oscila entre una y seis; ahora bien, hoy día se producen en menor número porque la bravura, el enfadarse, resulta ser mucho más pronto. Una vez enfadado el animal, encelado, el garrochista lo coloca con su caballo frente al picador, sin torearlo, es decir, dando vueltas amplias alrededor de él. Tras quedar puesto en suerte, viene el momento trascendental del cite y de las sucesivas arrancadas de la res. La colocación exacta de la res es frente del picador, quien lo cita y lo mide con la garrocha de tentar de dos a tres veces.

        Tiempo atrás se empleaba esta forma de tienta para medir la acometividad de la res. Hoy día se mira, además, el estilo con que acomete, es decir, la fijeza, cómo galopa, cuál es la posición del cuello cuando llega al peto y si humilla o no. También se evalúa su capacidad de seguir al garrochista que lo ha derribado, o al amparador, una vez sacado de su encuentro con el picador. Es ahora cuando se avalúa cómo galopa detrás del caballo, el celo que demuestra, cuáles son sus querencias y con qué prontitud se arranca, de nuevo al picador para tomar otro puyazo.

         Algunos ganaderos actuales piensan que en esta modalidad de tienta pueden atisbar, además de la bravura, el estilo o clase del toro, si bien hay otros que no piensan lo mismo por lo que el tentadero de machos a campo abierto, salvando unas pocas ganaderías, no se practica.

 

Tentadero de corral

            Tenía en su origen el mismo fin: medir la acometividad. Una vez en el corral, los erales eran llamados por el picador a fin de ver si se arrancaban o no. Este era el cometido primero y último. Por ende, la res que no respondía a los cites no valía para la lidia. 


                                                                                                                                      

La retienta de machos

     Que antes se realizaba tras el acoso y derribo, apenas se practica de esta forma y se practica en la plaza de tientas como única prueba. Se tientas machos de dos o tres años (erales o utreros), y tiene la misma utilidad que antaño aunque varía la forma de realizarla. Como norma habitual, cuando el ganadero busca entre sus erales futuros sementales, selecciona de entre la camada por diferentes criterios. El que más prevalece es la reata, es decir, la familia de origen (por parte de padre y de madre). Además de ello cuentan otros, como la hechura y encornadura, pero en un segundo orden. Esta modalidad de tienta se desarrolla en la plaza de tientas y sigue los siguientes pasos:

 

  • Cuando la res sale a la plaza se le cita desde las troneras de los burladeros dejándola corretear hasta que ésta se canse un poco. Llegado a este momento, el picador, que está en el ruedo desde la salida del eral, llama su atención y cita por primera vez. El picador se sitúa a contraquerencia, en el punto más alejado de la puerta por la que ha salido la res. El primer puyazo suele ser "corrido" puesto que el novillo no queda colocado con exactitud. El número de puyazos es variable y no solamente se valora la forma de arrancarse al caballo sino, también, la forma de galopar detrás de los hombres que le citan a cuerpo limpio para atravesar la plaza y volverlo a colocar. Esta es la manera de ver el ritmo y estilo de la res.
  • Cuatro personas, a cuerpo limpio, citan a la res para sacarla del caballo o para recogerla si ha salido huida. Llevan, como única defensa, unas ramas de árbol, de la especie de árbol más común en la finca. La distribución de estas personas queda así: uno en el burladero de cada lado; y los otros dos en el burladero situado enfrente del caballo. Los hombres de los lados tienen como principal función "cortar" en el caso de que estén en un apuro las dos personas de enfrente, las cuales están encargadas de "tirar" del becerro, desde el caballo hasta el burladero situado junto a la puerta de chiqueros; entre uno y otro van haciendo que la res se pare hasta quedar colocada en el lugar más conveniente. Si al final de sus encuentros con el caballo el ganadero cree que el eral cumple todos los requisitos, pueden acontecer dos casos: aprobarlo, sin ninguna probatura más, y dejarlo como semental; o comenzar a torearlo, con el capote, colocándolo frente al caballo a fin de que ver sus características en toda su extensión. Después, se torea de muleta, completando así una lidia normal con la salvedad de que no se le mata.

 

  • Cuando el eral pasa la durísima prueba la bravura selecta, pasa a cubrir el lote de vacas que el ganadero crea más conveniente. Sin embargo, y pese a que el novillo haya sido toreado, si no cumple con nota lo apuntado previamente, es desechado, mandándosele al matadero o vendiéndolo para las calles de cualquier población que tenga encierros de esta índole, habida cuenta que no puede ser lidiado en ningún festejo.

       Otra variante de la tienta de machos es el tentadero de todos los novillos que componen la camada. Se les da un número de puyazos no excesivamente alto a fin de que ni el castigo de la vara del picador ni el resabio con el caballo vayan a más. De este modo se comprueban las características de cada animal y se "puede entrever" cuál va a ser su comportamiento en la plaza de toros.

 

Fuente: www.mundotoro.com